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dimecres, 13 de març del 2013

Canviar l'avaluació educativa com a mitjà per a optimitzar el desenvolupament

 Per Ignacio Máñez Sáez
                           
El presente escrito debe ser entendido como una crítica constructiva desde la que mejorar la metodología evaluativa de los procesos de enseñanza-aprendizaje acorde a las necesidades de cada alumno, con vistas a la optimización del desarrollo personal, social y académico. El aprendizaje es un proceso que tiene sus inicios en la etapa de gestación y que finaliza con la muerte, por lo que ¿por qué no centrar nuestros esfuerzos en optimizar un proceso que acompaña todo el ciclo vital? Aquí únicamente será tratado el período escolar que abarca la Educación Primaria, Secundaria, Bachiller y Universidad, ya que ocupan un elevado porcentaje de tiempo de nuestra vida, y que están dedicados a un fin, la formación – tanto personal como profesional-.
 Desde una perspectiva evolutiva-educativa, debe quedar claro que no todos los alumnos somos iguales, no tenemos las mismas necesidades, no nos desarrollamos cognitiva ni físicamente igual, no tenemos las mismas necesidades…, por lo que las diferencias individuales que caracterizan a cada persona debe ser suficiente como para adaptar el proceso enseñanza-aprendizaje, así como la evaluación que de él hagamos. Relacionado con esto último, hallamos el hecho de que la enseñanza tenga sentido para el alumno; esto es, que obtenga aplicabilidad y uso en su vida cotidiana. Este objetivo sólo es posible desde la remodelación de un sistema educativo anclado en el tradicionalismo que prima rellenar cabezas de conocimientos declarativos (¿qué?) y trabaja poco el conocimiento procedimental (¿qué y cómo hacer?), dando paso a nuevas estrategias de evaluación, lejos del empleo del examen como método principal de la misma. De este modo, los métodos de enseñanza tradicionales, y por ende, de evaluación, deben dejar paso a nueva metodología más acorde a las necesidades individuales y demandas sociales, adaptando la enseñanza al individuo, y no esperando que suceda lo contrario. Esto permitirá un mejor desarrollo de un mayor número de alumnos en los centros escolares. A continuación se explicaran las razones.

El acto de optimizar el proceso de enseñanza-aprendizaje junto con la evaluación de los alumnos deriva del elevado fracaso escolar que está causando la evaluación centrada en tests y exámenes, a los que actualmente se les continúa dando un valor muy elevado, a pesar de conocer que se trata de instrumentos que no responden al verdadero proceso de evaluación de un alumno. El mal uso y el abuso de estos instrumentos pueden tener distintas consecuencias negativas para aquellos alumnos que no consiguen adaptarse a esta metodología, como por ejemplo: la disminución de la autoestima, el aumento del absentismo escolar, el aumento de conflictos, la segregación y estratificación social, el distanciamiento profesor-alumno, o la disminución del interés y la motivación, entre otros. Por tanto, existe la necesidad, derivada de la posibilidad de optimizar el desarrollo de todos los alumnos, y particularmente de aquellos que se ven abocados al fracaso académico, de encontrar soluciones a un estilo evaluador desfasado y facilitador de trabas al desarrollo óptimo de cualquier niño y/o adolescente.

Por otra parte, decir que la evaluación debe ir ligada a objetivos previamente marcados, siendo estos diferentes en cada etapa educativa, y que necesariamente serán evaluados de forma distinta, teniendo presente las necesidades individuales. Por consiguiente, cómo se evalúa a los alumnos desde la Educación Primaria influye en el desarrollo personal, resultando imprescindible modificar la evaluación tradicional hacia otros caminos que beneficien y optimicen el progreso de cada alumno.

En definitiva, la optimización educativa a través de la adaptación de la evaluación a las diferencias y necesidades individuales será una opción desde la que optimizar el desarrollo personal, social, académico, y posteriormente, profesional. Además, los aspectos negativos citados anteriormente que se derivan de una evaluación con exámenes pueden cambiar hacia el polo positivo, es decir, fomentar la autoestima, el interés por aprender, acudir a la escuela, fomento de la creatividad, pensamiento crítico, cooperación, entre otros. Aquí radica la importancia de mejorar los sistemas de evaluación con vistas a optimizar el desarrollo vital en las etapas señaladas, las cuales tendrán su influencia en etapas posteriores.

Esta reflexión está inspirada en los siguientes documentos:
Monereo, C. (2009). La autenticidad de la evaluación. En M. Castelló (Coord.). La evaluación auténtica en enseñanza secundaria y universitaria. Barcelona, Edebé. Innova universitas.

Castro, F. I. (2011). ¿Por qué las universidades deberían cambiar sus prácticas evaluativas?. Hacia el reconocimiento de la voz del sujeto de la evaluación. En PRAXIS educativa.  XVI (14), 94-99.

Este primer vídeo trata de la importancia de fomentar las competencias, aspecto que va más allá del mero conocimiento. Es decir, habla de una educación más práctica con vistas al desempeño profesional.

Este vídeo expone de forma sencilla qué es la evaluación, cómo llevarla a cabo, y cómo evaluar las competencias y el conocimiento a través de la adaptación según el momento de evaluación.

5 comentaris:

  1. Me ha llamado la atención este tema porque casualmente estuve a punto de escribir sobre un tema similar, ya que, por las tardes me dedico a dar clases a niños con dificultades de aprendizaje y desde mi punto de vista es incluso injusto que no se les facilite un tipo de evaluación diferente. Cuando tratamos asignaturas como inglés y jugamos con el vocabulario, sin que sea un tema meramente teórico, es increíble la capacidad que tienen de aprender tan rápido, además, para ellos no les supone esfuerzo y quieren seguir y seguir jugando y eso supone a su vez seguir y seguir aprendiendo. Creo que debemos apoyar nuevas formas de aprendizaje y a su vez, como trata esta entrada, nuevas formas de evaluación que supondrían grandes avances en la educación con vistas al futuro.

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  2. "Desde una perspectiva evolutiva-educativa, debe quedar claro que no todos los alumnos somos iguales, no tenemos las mismas necesidades, no nos desarrollamos cognitiva ni físicamente igual, no tenemos las mismas necesidades…, por lo que las diferencias individuales que caracterizan a cada persona debe ser suficiente como para adaptar el proceso enseñanza-aprendizaje, así como la evaluación que de él hagamos." Creo que el comentario anterior de mi compañero ha dado en el clavo y, no solo eso, sino que a niveles generales la educación que recibimos en las escuelas, sean cuales sean, es incompleta, por no decir errónea, ya que tan sólo se basan en educar en base a números, reglas e informes internacionales; en base a obtener mano de obra y no ciudadanos concienciados e individualizados, capaces de saber quien son y que quieren hacer. para mi entender, la educación deberíamos elegirla cada uno de nosotros ya que al final la hacemos nuestra, nuestra forma de pensar, nuestra forma de actuar y, como no nuestra forma de ser. La educación no solo debería enseñar cultura, cosa que me parece muy importante, pero debería de enseñarse de otra forma; es decir, la educación debería de centrase en el amor, el respeto, el aprendizaje y la libertad. El otro día ya estuvimos comentando sobre esto en clase (escuelas libres, Montessori, inteligencias múltiples,etc) y me interesó mucho, tanto que estuve indagando y encontré una película/documental interesante que plasma todo lo mis compañeros están discutiendo, al igual que yo; pero no solo eso, sino que se habla sobre el respeto, la igualdad, la concienciación. Una película realmente interesante de ver y compartir, espero que si tenéis un rato podáis disfrutar de ella como lo he hecho yo. CORAL EGUILAZ CASTILLO

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  3. Perdonar pero se me olvidó colgaros el link de la película por si queréis verla. "la educación prohibida"

    http://www.educacionprohibida.com/

    dentro de la pag. web podñeis ver la peli online de forma gratuita. Espero que la disfrutéis.

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  4. Desde mi punto de vista, la entrada del compañero refleja otro problema que arrastra nuestro tan dañado y obsoleto sistema educativo como es la ambigua evaluación relativa a conocimientos y a competencias. En el nuevo escenario educativo se espera que las instituciones educativas escuchen las necesidades de la sociedad y el mercado laboral y su vez desarrollen un servicio de capacitación de profesionales ajustado a las demandas del entorno. Desde la universidad y el mercado laboral se nos exige que los estudiantes tengamos un amplio curricular lleno de formación teórica, formación práctica, profesionalidad, experiencia ante la resolución de problemas, cooperación, trabajo en equipo y muchas más competencias para el ejercicio de las distintas profesiones. Mi pregunta es ¿cuando y donde se enseñan estas competencias?. Tal reflexión nos lleva a plantearnos un más que profundo cambio en los planteamientos educativos tradicionales.
    Cuando nos referimos al termino de evaluación pensamos en los resultados de exámenes y en el boletín informativo de notas. Muchos padres, profesores refieren a la evaluación como el instrumento para valorar el grado de logro en el sistema escolar a partir de unas pruebas estandarizadas, constituyéndose así como un proceso estancado y pobre que nos proporciona una información insuficiente sobre las capacidades y las competencias de un alumno. La evaluación es un proceso continuo y acumulativo, no es una actividad aislada. Es necesario que la evaluación deje de centrarse exclusivamente en los resultados obtenidos y se sitúe prioritariamente en el proceso de enseñanza-aprendizaje, tanto del grupo como de cada uno de los alumnos, sin olvidarnos también del equipo docente. Las exigencias educativas en la actualidad requieren una cultura del aprendizaje que proporcione al estudiante las nuevas herramientas necesarias para su desarrollo personal, formar profesionales más flexibles, eficaces y autónomos capaces de responder a los cambios en los contextos en que interactuen. Llenar mentes forma parte del pasado, crear y estimular mentes competentes es nuestro presente y futuro.
    ANA ACEDO MATEU

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